viernes, 27 de febrero de 2009

El gato que cortaba chopped

La verdad es que estos monjes tibetanos con los que ando paseándome por el carnaval de Cádiz, no me han dado mucho tiempo para sentarme delante del ordenador. Bendito Carnaval. Bueno, bendito y maldito carnaval, que hace salir lo mejor y peor de todos nosotros. Pero esto es así y al que no le guste, que se quede en su casa.
He podido escuchar coplitas muy buenas en estas noches de gato pardo, NIKON en mano y oídos atentos. He escuchado también bastantes carcajadas de la gente, escuchando nuestro AUTÉNTICO KUNG-FÚ. Las fotos, os las pondré cuando acabe el carnaval.
Pero me alegra saber que Cádiz sigue siendo la misma. La misma que por las noches, en cualquier callejón estrechito, te canta las coplas cara a cara y se ríe de los infortunios y las miserias de aquí. La misma Cádiz, que por sacar un buen romancero, va levitando a medio metro del suelo y se olvida de saludar a los demás mortales, simples mortales. La misma Cádiz que te dedica una sonrisa anónima y clandestina detrás de un abanico de Versalles o la que con desparpajo te "manda al carajo" más pronto que un mixto.
Este es el paraíso. Pero el paraíso del carnaval. Por la mañana, el que se reía de los infortunios, se caga en las castas del autobus que llega tarde y es muy caro (0,98€). Y por la mañana, también el del romancero, comprende que es un Don Nadie y tiene que apechugar con la misma rutina de siempre. Y por supuesto, la señorita que te mandaba al carajo, ahora está elegantemente vestida detrás de una mesa plagada de papeles.
Como dicen LOS TRASNOCHADORES, "De noche, todos los gatos son pardos". Y si no que se lo pregunten al que me encontré el otro día en la calle Sopranis, detrás de una reja con la tiza en la oreja y cortando chopped de lata. Qué arte, Dios Mío.

lunes, 16 de febrero de 2009

Adán el Caradura y Evax, fina y segura

Fue nuestro segundo romancero. Lo recuerdo con gran cariño, puesto que fue el primero que llevamos al concurso oficial. Y no hicimos un mal papel. La gente se rio muchísimo, actuando en el rebosante (casi imposible vernos), teatro de la vieja Salle Viña.

Lo preparamos más a conciencia y tuvo un muy buen resultado en la calle. El cartelón estaba hecho (como siempre por mi padre), emulando el árbol del Edén, con una serpiente de cartón piedra que se salía y todo para fuera. Y los libretos eran muy cachondos, recortados en forma de manzana (vaya tela la pechá de recortar que nos dimos viendo la final en casa de Sergio...).

En la calle lo pasamos mejor que el primer año, porque además salimos más días (creo que sólo el primer y el segundo fin de semana) y tuvimos nuestro primer contrato serio en la Casa de Extremadura (fuimos generosamente obsequiados con embutidos de la tierra y bebidas a go-gó).


En fin, una experiencia inolvidable esto de representar a los Padres de la Tierra.

domingo, 15 de febrero de 2009

De Carnaval en Murcia y de Romanceros

Pasar el precarnaval en Murcia es algo a lo que nos hemos ido acomodando con el paso de estos años. Nos hemos resignado a no ir al concurso del Falla, como antiguamente, cuando era estudiante de Medicina y salía por las tardes de estudiar en la biblioteca, para ponerme en la cola de las taquillas y comprar unas entradas de Anfiteatro.

Pero mire usted, que aquí en Murcia hay gente auténticamente enamorados del carnaval de Cádiz. Tan enamorados que este año nos invitaron a Mari y a mí a un Certamen de Chirigotas que se celebra en Beniaján.

Cantaron cuatro chirigotas: una de Cartagena, una de Marbella, una de Beniaján y la de nuestros amigos de Molina de Segura (Vísteme despacio, que tengo risa). Una sesión que para cualquier gaditano sería un tostón (hablando con franqueza), a nosotros nos supo a Gloria Bendita. Gente de lejos de Cádiz, hablándole a nuestra tierra con una sensibilidad que daban ganas de darles un primer premio a los cuatro.


Incluso pudimos encontrar a un par de gaditanos entre las filas de la chirigota de Beniaján, que este año concursó en el Falla bajo el nombre de "Una chirigota de Cadi". Gente que, como todos, están por estas tierras ganándose el jornal.

Por eso me hacen gracia todos esos F.B.C. (Filosofillos Baratos del Carnaval) que enjuician y discriminan a las agrupaciones por venir de fuera, sin estar fuera, como estoy yo, apreciando el cariño que se le tiene a nuestra tierra por aquí.

Sin darse cuenta, los auténticos catetos son ellos mismos que no aceptan nada que no salga del auténtico chovinismo gaditano (véanse las crónicas del concurso, en los medios escritos más famosos de Cádiz...).

Por otra parte, decir que me alegra muchísimo que haya 21 romanceros inscritos para el concurso. Este año nos quedaremos sin ir porque, si Dios quiere, yo llegaré a Cádiz el viernes, siendo el concurso el dia antes. No pasa nada, en la calle nos veremos. También en Murcia está calando el veneno del romancero y este año mis amigos Ful y Pablo Martínez van a sacar un romancero (el primero que haya constancia en el carnaval murciano): "R3D2 y la madre que lo parió". Irán de auténticos robots aterrizados por error en Molina de Segura. Un disparate auténtico que no hay que perderse.

viernes, 13 de febrero de 2009

El coro de los niños

A estas alturas del Pre-Carnaval, ya he escuchado y leído muchas cosas. Compagino en estos días el arte de la cirugía, con el arte de hacer guardias y con el arte de preparar mi romancero y escuchar-leer lo que puedo del Carnaval de Cádiz.
Como agrupaciones, son geniales, auténticos pelotazos:
- Coros: EL CORO DEL FUTURO
- Chirigotas: Salón de Belleza "El tijerita", Los enteraos, Air con el carair carair carair las compañías aéres que tiene mi Cádiz...
- Comparsas: Voces, Los trasnochadores, La secta de los Carapapa.

Me quedo con la Secta de los Carapapas, porque es una agrupación que me cae bien. Especialmente bien, porque no tienen pelos en la lengua a la hora de criticar la de cosas absurdas que uno puede ver en nuestro carnaval.
En estos días me preguntan muchos murcianos "¿Qué, los carnavales de Cádiz qué, tiene que ser increíbles, no?". A lo que yo contesto con movimientos afirmativos de la cabeza, puesto que no os podéis imaginar la cantidad de gente que es capaz de preguntarte (al día) sobre este tema.
Ojalá pudiera llevarlos (como aquel espíritu de la Navidad), volando, a Cádiz, un sábado de carnaval y enseñarle los niñatos borrachos tirados por las calles con olor a orín y a rancio. Ojalá pudiera enseñarles la tramoya del Falla y que vieran los auténticos cuchillazos que las agrupaciones y los autores y los integrantes, se pegan por la espalda unos a otros. Ojalá pudiera enseñarles las catetadas que mi Ayuntamiento es capaz de hacer presentando el carnaval en Madrid con Ismael Beiro como signo y portador de la gracia de Cádiz...
Pero no.
De las últimas cosas que he tenido que leer es que EL CORO DE LOS NIÑOS, (El coro de los puretas, de forma despectiva, leí hace unos días en un foro), no vocaliza bien. El problema del Coro de los Niños es que (a pesar de ser coristas, y como tales, artistas...), son demasiado buenos para actuar en un concurso de pueblo, como es el nuestro. Tienen un popurrít polifónico, que hay escuchar para ver cómo canta un coro de carnaval del siglo XXI.
"Más que le pese a esos cuantos enfermos del carnaval. Y no soy de esos artistas que son tan gaditas, que se olvidan de vivir". Espero que eso sí lo vocalizaran bien.

sábado, 7 de febrero de 2009

Felipe el hermoso y Juana, loca por un trozo

Fue el primer romancero. En estos días no paro de pensar cómo se nos ocurrió salir así, con tan poquísima vergüenza. Recuerdo en la casa de una amiga, preparando el cartelón con Sergio, haciendo los últimos dibujos la noche del sábado de carnaval. El tipo lo pensamos de forma rápida, unos días antes. Iríamos de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, venidos de ultratumba. Con caras blancas, pelucas y gafas de sol. Irreconocibles. Lo suficiente para hacer el candao y que nadie nos conociera.

En los próximos días intentaré hacer un memorándum de los siete años que hemos salido a la calle con nuestro romancero de carnaval. Y este fue el primero.

Recuerdo unas letras mu mal escritas, apenas rimaba nada. Pero recuerdo la risa de la gente que nos escuchaba. Recuerdo lo bien que lo pasamos con lo que los gaditanos que salieron aquel domingo de carnaval, se rieron de nosotros y con nosotros. El carnaval nos mordió. Y es un veneno fuerte. Un veneno que hay que probar todos los años.

Sólo salimos aquel domingo y no volvimos más a la calle en toda la semana ni al fin de semana siguiente. Pero aquel dominguito nos sirvió para lanzarnos al año siguiente y al otro y al otro.

Era el año 2002 y yo estudiaba 4º de medicina, me parece. A mis padres les pareció una locura. A mis hermanos, una inconsciencia. A Mari le dio igual.

Las letras de aquel romancero las perdí en la memoria de algún disckette de 3 y 1/2. Lo que estaba escrito en papel, también. Sólo me quedan unas fotos que alguien se encargó de hacernos.

En definitiva, primer año del romancero, mu poca vergüenza.