domingo, 4 de septiembre de 2011

El Vaporcito

Hace unos días, tuvimos constancia del hundimiento de un mítico barco. Laureado y mil veces cantado por el pueblo de Cádiz, el "Vaporcito del Puerto", ha supuesto un símbolo de los pueblos de la Bahía de Cádiz. Parece que mañana comenzarán sus labores de rescate y podremos seguir disfrutando del tranquilo y recomendable paseo por las aguas gaditanas.
Os adjunto un interesante artículo de José María Morillo publicado hoy en LA VOZ de Cádiz.

La saga de los adrianos Tres naves y 82 años de historia
EL VAPOR QUE NUNCA FUE VAPOR

La historia de los barcos que han unido El Puerto y Cádiz en las últimas ocho décadas

En la orilla meridional de la ría de Ferrol (La Coruña), a seis kilómetros de Ferrol cruzando el puente conocido como Ponte das Pías, se encuentra el municipio de Fene, única población de España donde se encuentra, paradojas de la vida, un Museo del Humor. En una de sus ocho parroquias, en la playa de Maniños, un gallego emigrado a Cuba construyó, a su regreso y en homenaje a su difunto padre, la motonave Adriano. Al finalizar la construcción del barco se lo entregó a su hermano José, quien, más adelante contaría como tripulantes con la ayuda de sus hijos: José -el más conocido, Pepe 'el del Vapor'-, Eduardo, Andrés, y Juan Fernández Sanjuán, que fue el último patrón, del total los 10 hermanos Fernández Sanjuán. Estuvo durante varios años, solo en verano debido al mal tiempo, realizando paseos por la Bahía de La Coruña entre el Castillo de San Antón, hasta la Torre de Hércules y la Marola, un sitio muy peligroso. El precio del viaje era de 30 céntimos de peseta en el interior y 50 en la toldilla.En 1929, el Adriano sería reclamado por Sevilla con motivo de la Exposición Iberoamericana, cubriéndose el servicio Sanlúcar-Sevilla a través del río Guadalquivir. Pepe Fernández Sanjuan formaba parte de la tripulación junto a su tío, y el maquinista, el patrón y un capitán. Allí vieron, en el Paseo de la Palmera, al rey Alfonso XIII.Un desafortunado suceso tuvo lugar en la madrugada del día 9 de julio de 1929: de noche estalló la caldera del Vapor 'Cádiz' -se había quedado sin agua y hubo un muerto- cuando se hallaba atracado en el muelle de San Ignacio en la Plaza de las Galeras de El Puerto yéndose a pique. A raíz del luctuoso suceso el Ayuntamiento prohibe que la línea marítima de pasajeros en buques de Vapor, haga su recorrido entre El Puerto y Cádiz. Tras la explosión del vapor 'Cádiz', llegan a El Puerto por vez primera los buques de motores de explosión. En primer lugar el yate Punta Umbría.La empresa Millán, que explotaba la línea de vapores de El Puerto a Cádiz, cuando llevaban apenas un mes en Sevilla les ofreció hacer el recorrido que ya no haría más el Vapor Cádiz, haciéndose cargo el 'Adriano I' al finalizar la Exposición Universal, pilotado por José Fernández Fernández y la tripulación compuesta por algunos de sus hijos varones. El precio del viaje costaba por entonces: en Toldilla, 1,50 pesetas, en cubierta 1 peseta y los menores de 4 a 12 años 50 céntimos. En 1932 se comienza a construir en la playa de Maniños, bajo la dirección y planos del propietario, Antonio Fernández Fernández, el 'Adriano II', que no terminaría navegando ya que, con la Guerra Civil se dejaron de recibir los materiales necesarios, acabando el primer intento perdido en la playa. Años más tarde, terminada la contienda, -estamos en 1942- se construyó, ya sí, el que después sería el Adriano II, con capacidad para 400 pasajeros. En 1955 realizaría su último viaje el Adriano II, dándole el relevo al Adriano III, la motonave que se hundió el pasado 30 de agosto junto al cantil del muelle Reina Victoria en la dársena del puerto de Cádiz. El Adriano II, se dedicaría a partir de entonces a realizar paseos nocturnos y otras actividades de naturaleza turística.El Adriano III fue mandado construir por los hermanos Fernández Sanjuan en los astilleros de San Adrián de Cobres, en el municipio de Vilaboa (Pontevedra) en la ría de Vigo. "El Vapor que nunca fue Vapor", como lo bautizó en 2004 Antonio Burgos con motivo del 75 Aniversario de su llegada a la bahía de Cádiz, había recogido la tradición de comunicación naval que se remonta a tiempos de los Fenicios cuando Cádiz era una isla y necesitaba un puerto de contacto con la península. Barcas, veleros, vapores, motonaves y, últimamente, catamaranes ha hecho un surco marítimo, a lo largo de los siglos, entre Cádiz y El Puerto.Cuando estalló la Guerra Civil, estando fondeados en la la Bahía barcos italianos y nacionales adeptos a la rebelión, obligaron a los propietarios del barco a trasladar soldados a Cádiz o a El Puerto. No estuvieron parados durante la contienda, trabajaron a pesar de todo hasta que cortaron el suministro de combustible en 1939.La travesía de El Puerto-Cádiz duraba unos 45 minutos. Eran famosos los días que había corrida de Toros, entre El Puerto y Cádiz, y al patrón de siempre Pepe Fernández Sanjuan, le preocupaban las discusiones que se producían cuando el barco iba abarrotado y podía caer cualquiera al agua: algún episodio hubo. En sus tablas se rodaron películas como La Lola se va a los Puertos, La Becerrada, Calle 54.En 1966, el 4 de enero, el Vapor hubo de pasar 16 horas inmóvil en aguas de la Bahía, con 30 personas a bordo como pasajeros, debido a una intensa niebla teniendo que parar máquinas, echar el ancla y disponerse a una tensa espera con la mar en calma. Habían salido de El Puerto a las 9 de la mañana y hasta las 3 de la madrugada del día siguiente no serían guiados, con potentes focos de una embarcación de la marina de guerra hasta el muelle gaditano bajo cuyas aguas hoy aún permanece.Pepe Fernández Sanjuan y el Vapor fueron durante muchos años indispensables para el mantenimiento de la actividad pesquera En El Puerto antes de que se construyeran los espigones de Poniente y Levante en la desembocadura del Guadalete (1970) debido a que la entrada de arenas y limos que arrastraban las corrientes litorales formaban la barra en la bocana del río, impidiendo así que la los barcos pudieran pasar por el río con media marea o bajamar escorada. Pepe el del Vapor, con una sonda de mano o plomada medía la profundidad del río e iba conociendo la calidad de fondo. Con dicha maniobra esquivaba los obstáculos alcanzando la navegación correcta. Así, los pesqueros, al seguir el rumbo del Vapor, entraban en puerto sin esperar la pleamar. La salida de los llamados 'vapores', se marcaba antaño, con tres pitadas seguidas de sirena: los toques continuos avisaban que se entraba en el río, otro avisaba del atraque en el muelle, dos se escuchaban 15 minutos antes de salir y tres justo antes de iniciar la travesía.En 2004 se realizó un viaje conmemorativo que partió del muelle San Ignacio de El Puerto, con motivo del 75 Aniversario de su llegada a la Bahía de Cádiz, al que se sumaron numerosas embarcaciones recreativas y deportivas radicadas en los puertos de la zona, celebrándose una Exposición con una réplica a tamaño natural de la proa y el puente de mando de la nave, así como otras actividades culturales y recreativas. De hecho el Vapor se encontraba en la Oferta Municipal Educativa explicándose su historia a los escolares de El Puerto. Muchos de otras poblaciones del interior han visto por primera vez el mar dentro de las maderas de la saga de los 'Adriano'. La propiedad del barco, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía en 1999, pertenecía a los últimos supervivientes de los hermanos Fernández Sanjuán y a los herederos de los 10 hermanos: Pepe, Eduardo, María, Lola, Andrés y Josefa, Juan, Elvira, Amparo y Antonia. La sociedad que lo gestiona está dirigida por la propia familia, actuando como Administrador Único, Antonio Somorrostro Fernández, que vive en Ferrol pero se desplaza con frecuencia a El Puerto y como Naviero Gestor, Andrés Fernández Valimaña. Se quedaron fuera del Plan Intermodal de Transportes del Consorcio Bahía de Cádiz y como pudieron sortearon las procelosas aguas negras del desinterés de muchas administraciones hasta el extremo de gestionar, por mantener una tradición familiar, una empresa que no es rentable nada más que para el sentimentalismo de los ciudadanos de la Bahía. Sin subvenciones u otra fórmula de gestión, el Vapor no podía ni puede sobrevivir.

jueves, 18 de agosto de 2011

Bajamar

Como una gran pleamar, que deja llena la playa y no permite ver las piedras que hay debajo del mar; agua, peces y algún cangrejo despistado, a capricho de las corrientes. La piedra cuadrá, ha estado así durante 3 meses, pero vuelvo. Vuelve a aparecer por debajo del gran océano.
No he tenido mucho tiempo para bajarme a esta piedra cuadrá, a contaros, a expresar, a relatar...
Me he dedicado a otros menesteres familiares (la crianza es maravillosa y absorbe muchísimo tiempo), profesionales (publicaciones, quirófano, guardias...) y de otras índoles que no vienen al caso.
Simplemente deciros que estoy aquí y que seguiré contandoos mi visión "gaditana" de las cosas, desde la bonita tierra en que me encuentro, donde los frutales y las huertas florecen igual que las niñas de 8 meses.
Besos y abrazos.

domingo, 24 de abril de 2011

Las cuevas de María Moco

Rebuscando en internet, encuentro todos los días páginas realmente curiosas. Entre ellas, he llegado al blog creado por Eugenio Belgrano.
Éste investigador, intuyo que gaditano, se ha dedicado a explorar las distintas entradas a las cuevas de María Moco en cuestión, desde diferentes lugares y edificios gaditanos.
Me parece que aunque peligroso, resulta un trabajo curioso e inquietante. ¿Quién no ha pensado en entrar en esas cuevas, desde niño? La verdad es que se le quitan las ganas a uno nada más ver la ingente cantidad de cucarachas que se muestran en alguna foto.
Felicitar al autor por esas curiosas instantáneas sin las que no podríamos más que intuir la existencia de estas cuevas rodeadas de ese halo misterioso y mágico, incluso, que recorren, como los agujeritos de un queso, el subsuelo de nuestra ciudad.

http://cuevasdemariamocos.jimdo.com/

viernes, 25 de febrero de 2011

Los niños invisibles de Cádiz

Resulta desgarrador escuchar ahora, treinta años después, los relatos de las personas que denuncian la desaparición o el presunto robo de sus bebés.
Cómo han aguantado su dolor durante treinta años, uno detrás del otro, sin ver las cosas claras, sin poder despedirse de sus hijos "presuntamente" fallecidos. Con la esperanza, verdadera o falsa, de que son hombres y mujeres de treinta y tantos años, que andan por el mundo, llamando papá o mamá a otras personas.
Por otro lado, imagino que las personas que recibieron esos niños de manos del fraudulento personal sanitario de la Residencia Zamacola, estarán soplando velas junto a ellos, viendo pasar sus años, y también recordando a las familias de las que les arrancaron a sus hijos postizos.
Y para más inri, resulta desgarrador que todo esto, de nuevo, haya vuelto a ocurrir, o a salir a la luz (no sabemos si habrá ocurrido en más lugares de la geografía), en mi Cádiz.
Esos secretos, de momento, están enterrados en los pasillos y paritorios del viejo Zamacola, hoy Puerta del Mar. El hospital donde nací yo. Menos mal que yo me parezco a mis progenitores. Pero cuántas veces habrán ido esos padres, por la calle, mirando críos de la edad de los suyos, observando sus ojos, su pelo, sus facciones...¿dónde estará el mío o la mía?
Ojalá la cachonda Justicia que tenemos en este bendito país, pueda esclarecer algo y unir, aunque sean treinta años después, a padres e hijos.

martes, 15 de febrero de 2011

Una revolución puede hacerse cantando

Una revolución puede hacerse cantando, no te quepa duda. Canta nuestro amigo Bienvenido y sus 11 secuaces, con la magnífica y extraordinaria comparsa LOS CURRELANTES.

No he escuchado en lo que va de concurso una agrupación con una letra y música mejores que las que este gaditano nos tiene acostumbrados. Acostumbrados a sorprendernos. Porque eso sí que lo puedo confirmar, la presencia en las tablas del escenario, de la cual somos fieles testigos Mari y yo, fue excepcional.

La comparsa es un homenaje a todos los trabajadores que van saliendo adelante a pesar de los presidentes, políticos, alcaldes, bancos, etc, etc.

Ni que se rompiera una cuerda de guitarra en el segundo pasodoble, pudo frenar la fuerza de los aplausos al final de éste, ni que el público que estábamos en el patio de butacas, nos levantáramos de nuestros asientos, para aplaudir a la mejor agrupación que, a mi gusto, ha pasado por las tablas del teatro en lo que va de concurso.

Y ahora, por las mañanitas, en el coche, caminito del trabajo, escucho y me deleito con las letras y músicas de este autor dotado de un virtuosismo musical, que creo le va a situar entre los mejores autores de comparsas de esta década que comienza.

domingo, 6 de febrero de 2011

El Patio de Butacas

El patio de butacas te permite divisar un escenario desde una posición privilegiada. Te permite escuchar, ver, sentir, de manera incomparable, una obra de teatro, un concierto de música, o la actuación de un coro de carnaval.

Eso es lo que nos pasó anoche a Mari y a mí. Que pudimos disfrutar un año más de la actuación de las agrupaciones del Carnaval de Cádiz, en ese mismo patio de butacas, que año tras año, se llena de gente dispuesta a reírse, a pensar, a emocionarse, a palpitar con lo que mis paisanos nos cantan.

Bueno, paisanos y no paisanos, porque precisamente hoy he estado con Antonio Luna y un miembro de la chirigota de Beniaján (Murcia), que cantan esta misma noche.

Me gusta el ambiente del Falla. Me gusta y lo disfruto, porque el teatro, los roles y papeles de la obra que significa el Concurso del Carnaval de Cádiz, son igual de divertidos en el escenario y fuera de él.

Un jurado que representa su papel de eternamente incomprendidos, acertando y fallando al mismo tiempo. Los medios de comunicación en sus palcos haciendo lo suyo y algunos incluso jugando a ser jurados de mentirijilla. Autores merodeando por el ambigú (el bar que tiene el teatro) y pasillos, representando su papel delante y detrás de los otros autores. Y gente que lo critica todo. Absolutamente todo.

Pero es divertido, cuando sólo lo puedes vivir una vez al año, in situ.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Cádiz, ayer recibió duras críticas por la presentación del Carnaval en Madrid. Se calificó aquel acto como una fiesta del Partido Popular. Yo no he estado nunca allí, pero creo que presentar el Carnaval sólo con agrupaciones del Concurso se queda corto. ¿Y las callejeras?

Probablemente el acto no tenga mayor importancia que la de reunir a unos cientos de personas, visionando unos videos sobre Cádiz y escuchar unas cuantas buenas agrupaciones. Eso no tiene ninguna importancia. Lo que me fastidia es que no se cuiden detalles no en Madrid, sino en Cádiz.
Por ejemplo, la venta de entradas del Falla en uniticket. Un servidor colapsado por cientos de miles de personas. ¿No sería más fácil usar un servidor de calidad como tictacticket o entradas.com? Servidores que no se colapsan en un concierto multitudinario o en obras de teatro en ciudades grandes.

Luego, si tienes suerte y consigues entradas, haz otra cola en el Falla, para recoger tus entradas porque sólo hay dos “miniventanillas” que hacen las veces de taquilla.

Cosas que probablemente se pueden mejorar, sobre todo, cuando se trata de la fiesta grande de Cádiz. No sé ni siquiera si interesan mejorarlas, porque forman parte del juego. De este juego que supone sólo y tan sólo el Concurso del Falla. El Carnaval es más, muchísimo más…

viernes, 21 de enero de 2011

Biolencia

Si hace unos cuantos posts, yo mismo hablaba de la agresión sufrida por uno de los extrabajadores de una empresa sita en Cádiz, hoy mismo acabo de leer en el Diario de Cádiz y La Voz de Cádiz, cómo, al parecer, uno de estos extrabajadores (no está confirmado que lo sea o que lo deje de ser...), le ha propinado una tunda al presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, Fernando Santiago.
Resulta curioso, terrorífico y empieza a dar miedo el clima de biolencia que venimos viviendo. Si hace poco menos de una semana, un Consejero de Cultura de esta Región de Murcia fue linchado, ahora el presidente de un organismo de mi ciudad, recibe más de lo mismo.
Parece que en estos tiempos, la palabra no tiene valor. Se han encargado de quitárselo, estos politiquillos que nos vienen gobernando, tanto por uno como por otro lado. La gente se está "encabronando" (con perdón), y sólo entienden de biolencia. Y claro, la biolencia engendra biolencia.
Y un buen termómetro de todo esto, son los comentarios añadidos en las noticias de los periódicos digitales. Duele la vista al ber tanta falta de ortografía, en quienes precisamente más utilizan esos medios para expresar su opinión. Así nos ba. Que ni fú ni fá. Y si nos tocan mucho la fibra, una buena tunda de palos al primero que se cruce...
En fin, a ber si nos expresamos más con la palabra, queridos lectores.

P.D. el "A ber si nos vemos", es una de las expresiones más sofisticadas y de mayor contundencia que he leído últimamente en esos comentarios, de los que disfruto plácidamente. Por favor, que no se pierda.

domingo, 16 de enero de 2011

Martínez Ares

Recuerdo cuando era niño, cómo mi hermano Chano comentaba no se qué de un pasodoble fantástico que se había cantado en el Falla. Era de un autor nuevo, un tipo al que nadie conocía. El pasodoble hablaba de la droga, comparándola con una selva y animales. Lobo. Así comenzaba.
Con el tiempo el nombre de aquel autor enigmático al que nunca nadie veía ni siquiera en el Diario, se fue agrandando. Antonio Martínez Ares.
Recuerdo en Salesianos, esperando los primeros compases de sus pasodobles que sonaran por la noche en la radio, para al día siguiente comentarlo y cantarlo con los compañeros de clase. Qué bonito es ser niño en Cádiz...
Recuerdo en la playa, cantando sus pasodobles y sus presentaciones alrededor de una guitarra y buenos amigos.
Recuerdo haberle cantado a Mari y ahora a Carmen, algún pasodoblito o alguna estrofa de popurrí.
Y ahora, Antonio Martínez Ares, nos sorprende publicando su biografía "Entre lo divino y lo humano", que por curiosidad y por la admiración que despertó en mí en su etapa de autor, he leído.
Indudablemente no deja de ser un "divo" más del Carnaval, y así se refleja él mismo en esas páginas. Pero también he leído la historia de una persona que perdió mucho por culpa de él mismo y del Carnaval. Y me ha gustado saberlo.
Ojalá esa mente inquieta y creadora, nos vuelva a sorprender un año con otra buena agrupación.